viernes, 30 de agosto de 2013

Entrando en el mundo de la Moda ¿Estilismo o Asesoría de Estilo?

A veces creemos tener claro a lo que nos gustaría dedicarnos profesionalmente hasta que nos topamos con especializaciones que nos hacen entrar en el terreno de la duda. El mundo de la Moda es uno de estos espacios profesionales en el que las ocupaciones se diversifican y amplían según avanza la sociedad de consumo. Las labores que antiguamente desarrollaba un diseñador se han subdividido en terrenos profesionales especializados y dedicados a labores concretas según ha ido marcando la ley de la demanda. Nuevas profesiones como la del estilista de moda o el asesor de imagen o estilo empiezan a desvincularse de la figura del creador y a perfeccionarse formativamente. Es aquí en donde los principiantes comienzan a perderse, ¿qué tipo de cursos debería realizar para adentrarme en el terreno que me interesa? Vamos a intentar echarte una mano y aclarar tus dudas.


Según la RAE, un estilista de moda (no confundir con el estilista de peluquería) es la persona que se dedica a cuidar del estilo y la imagen en el mundo de la moda, mientras que un asesor de estilo, como su propio nombre indica, es aquel que asesora (aconseja, sugiere, recomienda y propone) sobre la imagen de un individuo en particular.

Digamos que la parcela de trabajo del estilista es más amplia y se dirige a un objetivo concreto: la venta de un producto, un estilo, una marca... La competencia pues del estilista debe basarse en el conocimiento de una serie de factores que potencien el perfil que suele trabajarse en este campo: una imagen novedosa y deseable para un determinado sector al que se le envía un mensaje a través de una  fotografía, un video o un desfile. El estilista suele trabajar con modelos y para formatos visuales efímeros en su fase de producción, por lo que aspectos como el disimular o destacar determinadas formas físicas más o menos pronunciadas se solventan a través de trucos de oficio poco funcionales para la vida real. El objetivo marcado por el cliente del estilista es el que va a determinar la selección de colores, siluetas, texturas e incluso de la persona que va a lucir su trabajo (la/el modelo) en base también al entorno en el que se va a trabajar (una determinada localización o una iluminación concreta) y a otra serie de parámetros que participan en la elaboración de una imagen fija o en movimiento. El estilista normalmente trabajará para fotógrafos, revistas, diseñadores, programas o series de tv, cine...

El estilista Tó Campos y el equipo de Maquillaje y Peluquería, ultimando detalles para una editorial. 
El asesor de imagen o estilo dirige sus conocimientos hacia la mejora y optimización del aspecto de un sujeto concreto. No sólo conoce aquello que le sienta mejor a esa persona en cuanto a apariencia física sino que además puede ayudar con esa selección a una mejora en las relaciones sociales y laborales de su cliente. En la sociedad actual la imagen es lo primero que percibimos de una persona, y es esta primera impresión que causamos lo que va a marcar las pautas de una determinada manera de relacionarnos. En este hecho se basan, por ejemplo, muchos de los scketchs de cámara oculta que podemos ver en televisión o internet, en la que una misma persona en una situación exactamente igual es tratada de manera diferente tan solo variando su aspecto. Los estudios de un asesor de estilo se basan en conocimientos sobre la fisonomía humana y sobre los recursos del sector moda (textil y belleza). Son muy valorados por personas que buscan crecer a nivel profesional y son conscientes del valor de la imagen, aunque también a la hora de trabajar como personal shopper o como complemento para aquellos que se dedican al maquillaje, la peluquería o la venta en comercios de moda.

Clase de Textil en el anterior Curso de Asesoría de Estilo
En abad- te proponemos sendos cursos impartidos por dos grandes profesionales en activo dentro del mundo de la Moda, el de Estilismo para Fotografía de Moda, con Tó Campos, Consultor y Estilista con una amplia trayectoria en distintos sectores de este campo; y el de Iniciación a la Asesoría de Estilo, con Noelia Navarro, Directora Creativa de la firma Nona, cuya experiencia en las pasarelas nacionales ha sabido trasladar en el trato y asesoramiento de sus clientas más exclusivas. Dos perfiles altamente cualificados que te ayudaran a entender y a entrar de lleno en este sugestivo universo.


  

Para ampliar esta información o reservar plaza puedes contactar con nosotros en los teléfonos: 963 524 910 - 699 716 832 o a través del mail: escuela@abadfotografía.com

jueves, 29 de agosto de 2013

Lo que mata es la humedad.

Hoy hablamos de hongos, de los no comestibles claro está.

Si estas dándole caña a tu cámara, sea verano o invierno, hay un tema que te interesa para evitar los temidos hongos.
Aparte de evitar el temido polvo en el sensor también tenemos que evitarlo en los objetivos, peeeeeeeeeeeeeero... hay un factor a tener en cuenta: los hongos. 

Este problemilla, además de que no se ven a simple vista algunos factores como las bacterias, el vaho y la humedad, son los responsables de su aparición (se terminó el soplar con la boca, ¿vale?). Esto no sólo ocurre en una lente fotográfica sino también puede suceder en microscopios, prismáticos, telescopios…



Para muestra un botón:
 
El mayor problema reside en que si no actuamos a tiempo, los hongos tienden a expandirse y a veces es más caro deshacerse de ellos que comprar un objetivo nuevo. Pero que no cunda el pánico, hay muchos bulos y leyendas urbanas como la del que domesticó a un hongo y ahora es su mejor amigo (aunque esta historia parezca real no lo es).

Establecer un orden y limpieza en nuestro material nos ayudará a evitar que este se deteriore más de lo necesario.

Guardar en sitios secos y frescos, como al buen vino, y añadir una de esas bolsitas desecantes de gel como las que vienen en las cajas de zapatos de los chinos (esto a mí me lo han contado, porque mis zapatos son todos de Christian Louboutin).

Evitar en lo posible cambios drásticos de humedad, cosa que ocurre por ejemplo: trabajando en exteriores durante un evento en un día lluvioso y entrar en el salón de celebración (condensación segura); a la salida del salón con aire acondicionado a 18º y temperatura exterior de 35º; trabajando en zonas húmedas o en días lluviosos.



Una cosa más, y al parecer  muy tonta; se condensa humedad muchas veces por el simple hecho de llevar puesto un filtro. Si quieres proteger tu lente utiliza el parasol; aparte de que no disminuyes la efectividad de ese objetivo que cuesta 1000 pavos poniéndole un plástico de dudosa calidad delante, tendrás menos problemas de enfoque y más rapidez en este.
 
Recuerda: los cuerpos de cámara cambian constantemente pero un objetivo te puede durar muchisimos años si lo mantienes en buenas condiciones.

Espero que esta entrada sea de tu agrado y disfrutes con ella. Yo sé de uno que se va a pegar un buen almuerzo gracias a las imágenes que la ilustran (en la próxima entrada os enseñare a hacer tortilla de champiñón).
 
Qué la luz os acompañe.

Una entrada de Ricardo Piquer.