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martes, 3 de abril de 2012

Isabel Muñoz, de mujer a mujer




Decía Nikos Kazantzakis que “hay una sola mujer en el mundo, una mujer, con
muchos rostros
”; probablemente, Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) los ha
retratado casi todos: mujer niña, mujer amante, mujer coraje, mujer
guerrera, mujer madre, mujer creadora… La mujer ha estado presente de forma
constante y protagónica en todo su trabajo, y esa mirada de mujer a mujer
es la que se recoge en esta exposición que se presenta en el marco del  II
Encuentro con mujeres que transforman el mundo .

La exposición que se muestra en La Cárcel de Segovia está compuesta por una
veintena de imágenes  – la mayoría correspondientes a sus series  Maras  y
Etiopía que retratan el cuerpo de la mujer como territorio de
sensualidad, de anhelos, afectos, soledades y conflictos. “El cuerpo es un
libro de lo que somos y un pretexto para hablar del mundo de los afectos

ha declarado la artista en alguna ocasión. Tan convencida debe estar de
ello que se diría que ha logrado que el alma de las retratadas transpire
por cada haluro de plata de estas fotografías. Por ello no debe conformarse
el público con ver estas fotos en soportes digitales,  ya que estaría
renunciando a la emoción de la luz y la textura de esas pieles.

Serie  Maras, la cultura de la violencia

Las tres imágenes colgadas en estas rejas de la garita central de La Cárcel
pertenecen a la serie  Maras , un recorrido fotográfico por los rostros y
tatuajes de los pandilleros salvadoreños con los que Isabel Muñoz retrata
una cultura de la violencia muy arraigada entre estos jóvenes ,  hijos de
la guerra y sin futuro.

Las Maras surgen en los años 80 entre los refugiados salvadoreños en EEUU
que, huidos de la encarnizada guerra que por entonces se libraba en su
país, se organizan en pandillas para defenderse de otras bandas hispanas y
afroamericanas ya establecidas en megaciudades como Los Angeles. Muchos de
estos pandilleros al ser repatriados organizan nuevas bandas en El Salvador
y otros países centroamericanos hasta alcanzar una cifra que hoy se estima
ronda los 70.000 miembros.

La proliferación de estas bandas llevó al gobierno de El Salvador a
decretar en 2004 el “Plan de Mano Dura” por el que prácticamente cualquier
persona tatuada podía ir a la cárcel. Cárceles abarrotadas a las que Isabel
Muñoz
pudo tener acceso gracias a la ayuda del padre salesiano Pepe
Moratalla, responsable de la difícil rehabilitación de estos jóvenes y cuya
colaboración permitió a la fotógrafa trabajar en contacto directo y cercano
con los presos de las diferentes maras y sus familias.

Entre todos estos rostros, no son infrecuentes los de mujeres, a menudo
novias o hermanas, que sin llegar nunca a ser jefes cuentan con la
confianza de estos y sí pueden llegar a acumular mucho poder, siendo a
veces tan o más violentas y sanguinarias que sus compañeros.


Serie Etiopía:  Omo River

El río Omo recorre la meseta etíope a lo largo de 760 km por un tortuoso
cauce en cuyas orillas se asientan tribus de agricultores y pastores,
algunas de las cuales ha fotografiado Isabel Muñoz en los últimos años y
vemos ahora en esta galería.

Vemos aquí fotografías de los Nyangatom, una tribu de pastores-guerreros
que habitan la ribera del Omo al sur de Etiopía, cerca de la frontera con
Sudán y Kenia y que Muñoz retrató en sendos viajes durante los años 2004 y
2005.

El modo de vida de los Nyangatom está ahora amenazado por los planes de
reasentamiento del Gobierno de Etiopía ,  auspiciados por el Banco Mundial
,  y es uno de tantos pueblos hostigados por la guerra en una zona, el
“triángulo de Ilemi”, en la que abundan las armas automáticas, el robo de
ganado y un furtivismo salvaje que casi ha hecho desaparecer los elefantes
y jirafas.

En medio de este entorno hostil las mujeres Nyangatom, principalmente
dedicadas al cultivo del sorgo, no abandonan el cuidado de su aspecto
personal ,  decorando su cuerpo con abalorios, pieles, escarificaciones y
pinturas ,  como si en ello residiese el último bastión de la dignidad de
su pueblo.

Los retratos de Isabel Muñoz son un homenaje a esa dignidad ,  pero sobre
todo parecen ser fieles a esa función inevitable a la vez que terrible de
la fotografía de documentar un mundo a punto de desaparecer y que cuando lo
haga, ya nunca volverá.


Isabel Muñoz, de mujer a mujer
del 23 de marzo al 15 de abril de 2012
Centro de Creación La Cárcel de Segovia