Antes de nada, gracias a todos los que ayer acudisteis a
este evento, entusiasmado y sorprendido por tan grata acogida solo deciros, como
lo haría Lina Morgan: Agradecido y emcionado solamente puedo decir graaaaciasss pooor veeeniiiirrr!!!.
Ahora, unos consejos para que refresquéis tanta información.
Si empiezas a cuestionarte que hubiera sido mejor comprar
una PlayStation que ese pedazo de
cámara que tienes, puede ser que no hayas dedicado el suficiente tiempo a experimentar con ella.
Es más fácil utilizar una réflex que liberar un teléfono móvil,
¡lo has hecho y lo sabes!
Bromas aparte, y en primer lugar, localiza los botones o ruleta para cambiar
el ISO, diafragma y velocidad. Como ayer vimos, ese es el quid de la cuestión para una correcta
exposición.
Si al principio te confundes puedes empezar por esta regla
básica.
En un día soleado, ajustar la apertura a f/16 y la velocidad de obturación al valor reciproco del ISO (sensibilidad a la luz). Con un una velocidad lo más
cercana al ISO utilizado y un diafragma de f16, la fotografía estaría bien
expuesta.
Imaginemos que estamos en la calle a pleno sol y en cámara
ponemos un ISO de 100 y una apertura de f/16 y la velocidad de obturación a 1/125. Siempre el valor de VELOCIDAD DE OBTURACIÓN más cercano al ISO, si bajamos
el ISO también la velocidad. Esto nos lo indicaban en el interior de los
carretes de fotos.
Aunque como norma general, si te fijas en la
información que te da tu cámara, verás algo parecido a la imagen de abajo. Aquí nos indica el grado
de sub o sobre-exposición que tenemos, en ocasiones nos vendrá bien tener que
ir por encima o debajo del cero.
De esta forma, tú basarás tus fotografías en una norma pero podrás saltartela con conocimiento de causa para que seran
más creativas o personales.
Una vez decidida la exposición, el siguiente paso es
encuadrar (recuerda que el mejor zoom son tus piernas, acercarse o alejarse del sujeto te abre perspectivas de encuadre diferentes). Dependiendo de un objetivo angular o tele tendremos resultados muy
distintos, piensa cuál es tu intención, encuadra, enfoca y dispara.
Hablando del enfoque, recuerda que no todo tiene que ser nítido en una fotografía, jugando con zonas de enfoques y desenfoques podemos aislar el centro de interés, con la manipulación del diafragma
decidimos lo que queremos nítido y cuanto de desenfoque queremos en segundo plano.
Para plasmar las mejores imágenes ya solo te queda dar rienda suelta a tus ideas, sueños, historias...
Espero que te sirvan mis consejos y disfrutes tanto como yo
de esta pasión que es la fotografía.
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